(153).

Fuera de mí
en el umbral del mundo
sin necesidad de entrar.
 

Fuera de mí
perdido en otro rumbo
sin necesidad de volver.

                                                             Canción de La Ley.

Sin la necesidad de recordar el por qué de mi loca obsesión por ti busco respuestas donde no las hay. Dicen que llegaste un día de lluvia en busca de un gran tesoro y no estaba en tus planes quedarte mucho tiempo en una ciudad como ésta, pero aquí te encuentras hace más de 3 años y no se te ven intensiones partir. Conocerte fue caer en lo más bajo de la necesidad por amor, puesto que no sabías que existía a pesar de ser compañeros de investigación. No me tomabas en cuenta y yo seguía ahí, ruin y arrastrada por un amor no correspondido. Pero, al parecer, se hizo la luz, ya que de un día a otro me saludaste y no te alejaste de mi hasta aquella tarde. 

Mereces ser feliz, aunque yo estoy antes que tú en la cadena. Me enseñaste a reírme de aquel lo posee todo y a la vez nada, a ser capaz de valerme por mi misma y dejar de ahogar mis penas en un vaso de agua, porque ahora es licor, claramente. Sin explicación dejaste mi corazón roto y al preguntar el porque la respuesta no llegó. Te veo día a día en el mismo lugar donde nos conocimos y sigues solo por la vida, porque tarde te diste cuenta de mi amor por ti. Bastante tarde, pues ya no me interesas -sé que esa mentira ni yo me la creo- pero debo resistir, una daño a la vez por persona.