9 de febrero de 2010

(142).

Frente a la pista de baile se encuentra sentada Charlotte, acompañada de una copa de buen vino. Acudió sola buscando sentirse en paz y calma, pero desde que había pisado aquel lugar su vista se había posado en aquel guapo hombre el otro lado. Cabello y ojos oscuros la observaba penetrante y curioso de que aquella bella joven se encontrara sola. Decidió que cambiaría el destino de aquella noche y cruzó a paso firme la pista de baile. Sorprendida se quedó ella al ver que guapo hombre la invitaba a bailar y sin dudar un momento tomó s mano dejándose arrastrar. Movieron sus cuerpos al ritmo de la salsa, el merengue y muchos otros hasta el amanecer, entre risas y coqueteos descubrió que su acompañante se llamaba Marcel y no era tan joven como imaginaba, pero para el amor no hay edad. De esa noche nació una relación que fue fruto de una desenfrenada pasión por el baile.

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