10 de enero de 2010

(109).

Lograste despertar un corazón dormido, pero ahora lo has vuelto a dejar soñando.
Te transformaste en un semillero de esperanzas y ahora no eres más que promesas rotas.
Dejaste que mis emociones invadieran un cuerpo lleno de deseos que creía olvidado y no eras más que engaños.
Pensé que te había dejado atrás, que tu imagen era sólo un recuerdo, ¡qué equivocada estuve!
No soy capaz de dejarte ir... y me duele que ya no me quieras como antes.

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