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Necesito sentir la adrenalina correr por mi cuerpo, dar un paso y ver como vuelo por el cielo. Anhelo girar y girar sin que nada ni nadie me pare, caer en tus brazos y recorrer mi mundo interior. Fácil ha sido siempre para mi danzar, sentir la melodía vibrar en mi cuerpo es parte habitual de mi día a día.
Sentir que el mundo queda paralizado a mi andar es algo que me llena de felicidad, ver como admiran mi forma de danzar es asombroso. Me costó aprender a pararme en puntas, dar más de un paso sin caerme y moldear mis piernas para que fueran lo más similar a las de una bailarina clásica. Me fui difícil encontrar mi espacio en un mundo tan competitivo como éste, pero lo logré porque mi pasión siempre ha sido el ballet clásico.
No me proyecto en lugar que no sea bailando, recorriendo el mundo demostrándole a todos que la danza es una forma de expresión, de amor, de sentimientos.

Pero regreso a la realidad y nada puede ser verdad. Dejé de bailar hace muchos años, una lesión a mi tobillo llevó a piso todos mis sueños y mi esfuerzo. Ya no puedo bailar y tuve que colgar mis zapatillas de puntas para siempre.